Los castigos son saludables para la crianza de los niños si se aplican con mesura, considerando el tipo de reprimenda y la edad del pequeño.

Si tu niño persiste en las mismas actitudes puede ser por 2 razones: estás siendo muy severa con él o por el contrario demasiado permisiva. Por ejemplo ¿qué haces cuando rompe sus juguetes o raya las paredes? una alternativa es no reponer sus elementos de juego, o advertirle que los guardarás si los sigue golpeando. Otra opción es enseñarle a ver la consecuencia de su comportamiento: limpiar las paredes lo hará reflexionar.
La idea es darle la libertad de elegir, lo cual será igual a mostrarle lo que resulta de su enfado, personas lastimadas o juguetes dañados, por ejemplo. Mientras grites o seas brusca con él en nada lo ayudarás a reflexionar, reincidirá en su conducta o la reprimirá.
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